Bueno, que ayer os hice esa primera introducción sobre las vacaciones, y parece que me vine con mal sabor de boca. Pero no... ni mucho menos. Realmente, eso fue lo único malo que nos pasó en Gijón.
Y ahora, para combatir el post de ayer. Os dejaré más conclusiones sobre el viaje:
- La ciudad superlimpia y huele bien (si, si, reiros, pero hay ciudades sucias y que huelen mal). Y la gente también huele bien. Y me encanta eso de pasar al lado de un señor o señora, chico o chica y que deje un olor bueno (a perfume o colonia, normalmente).
- De Gijón, Gijón no conocimos a nadie. Pero todo el mundo con el que tratamos, genial. Mucha gente de Castilla y Leon (León y Burgos, fundamentalmente), y superbien.
- A la hora de salir, todo bien. En la Plaza del Lavadero salimos todas las noches. Es como una plaza grande donde se junta todo el mundo a salir y puedes beber y hacer botellón en la calle. Algo que me sorprendió mucho, porque como en Madrid está prohibido....
- El ambiente para salir, ya digo, muy bueno. No encontramos gente pasada ni de bebida ni de otras cosas (solo un par de tontos, que curiosamente eran de Madrid.... siempre dando la nota por donde vamos... en fin... Pero bueno, supongo que esos chicos terminarian mal la noche, estoy segura de ello)
- La comida, excelente. Y abundante. Muy abundante. El trato de los camareros, excelente también.
- Y eso si.... si alguna de vosotras quiere conocer chiquitos.... os aseguro que Gijón es el lugar, porque yo creo que es el sitio en el que más chicos por metro cuadrado he visto. Os lo prometo. Y además, chicos superguapos. Mis amigas estaban alucinadas.
Y ahora.... otra cosa que no tiene nada que ver con las vacaciones.
Ayer mi amiga y yo hablábamos de los divorcios cuando hay hijos de por medio. Y teníamos opiniones distintas.
Os lo pregunto directamente
¿Qué es peor cuando hay una separación? ¿Con hijos pequeños o con hijos mayores?
¿Qué pensais?
(Supongo que en los próximos días podré hacer un post sobre el tema, pero antes me gustaría saber que pensaís)